Lo que parecía un año potencialmente catastrófico para Google se convirtió en uno de los más rentables, a pesar de enfrentar importantes desafíos legales, una feroz competencia en IA y un panorama político cambiante. La empresa no sólo evitó la disolución, sino que también consolidó su posición como líder en inteligencia artificial, estableciendo nuevos récords financieros en el proceso.
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Las batallas legales: un casi accidente
Al entrar en 2025, Google se enfrentaba a tres importantes casos antimonopolio. El Departamento de Justicia (DOJ) bajo el presidente Trump estaba buscando agresivamente remedios que podrían haber obligado a la compañía a vender activos cruciales como Chrome o partes de su negocio de tecnología publicitaria, reduciendo significativamente su influencia.
La amenaza más inmediata fue la posible venta de Chrome. Sin embargo, el juez Amit Mehta falló en contra de la propuesta del Departamento de Justicia, citando que dividir el negocio sería demasiado perturbador y arriesgado. Mehta también permitió que Google continuara realizando pagos a Apple y otras empresas por una ubicación destacada en las búsquedas, reconociendo que Google enfrentaba una competencia más fuerte por parte de nuevas empresas de inteligencia artificial como OpenAI que sus rivales de búsqueda tradicionales.
También se debilitó la solución propuesta por el Departamento de Justicia de obligar a Google a vender datos de búsqueda a sus competidores. Google sólo venderá un subconjunto limitado de datos una vez, en lugar de proporcionar acceso continuo, minimizando el impacto en su ventaja competitiva. Aunque Google planea apelar la sentencia de monopolio subyacente, la amenaza inmediata ha sido neutralizada.
En otro caso antimonopolio que apunta al dominio de la tecnología publicitaria de Google, la jueza Leonie Brinkema sugirió que un acuerdo podría ser preferible a forzar cambios estructurales, reduciendo aún más el riesgo de una ruptura forzada. La compañía también está negociando con Epic Games sobre las políticas de la tienda de aplicaciones de Android, reduciendo potencialmente las tarifas y permitiendo tiendas de aplicaciones alternativas mientras mantiene el control general.
Navegando por el panorama político
Google también se benefició de movimientos financieros estratégicos relacionados con la administración Trump. YouTube resolvió una demanda con Trump por 22 millones de dólares y, según se informa, Google contribuyó con fondos adicionales para la renovación del salón de baile de la Casa Blanca. Si bien no tuvo relación con casos antimonopolio, sin duda ayudó una relación favorable con la administración.
IA: de ponerse al día hasta dominar
A pesar de enfrentarse a una intensa competencia de Microsoft, Meta, OpenAI y Anthropic, Google logró avances significativos en IA. Su modelo Gemini 3 superó las expectativas, lo que supuestamente provocó que OpenAI ingresara en un “código rojo” para mantener la paridad competitiva. El generador de vídeo Veo 3 de Google y el generador de imágenes Nano Banana Pro también ganaron terreno.
Fundamentalmente, Google aprovecha tanto el hardware como el software en IA, a diferencia de muchos rivales que se centran únicamente en el desarrollo de modelos. Las Unidades de Procesamiento Tensorial (TPU) de la compañía ahora se están vendiendo a otras compañías, incluidas Anthropic y potencialmente Meta, generando nuevas fuentes de ingresos. Si bien Nvidia sigue siendo el proveedor dominante de GPU, Google está tomando medidas para convertirse en un actor importante en hardware de inteligencia artificial.
Desempeño financiero y perspectivas futuras
Google informó que su primer trimestre superó los 100 mil millones de dólares en ingresos, con 31 mil millones de dólares en ingresos, lo que proporciona un colchón financiero sustancial para las inversiones en IA. Los ingresos de la nube alcanzaron los 15 mil millones de dólares, lo que demuestra el creciente impacto de la IA en los resultados de Google.
A pesar de las batallas legales en curso y la incertidumbre de la industria, el 2025 de Google fue un éxito rotundo. La empresa evitó los peores escenarios mientras reforzaba su posición en IA y mantenía su dominio financiero. Si bien persisten los desafíos futuros, Google está bien posicionado para seguir prosperando en los próximos años.




























